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Así son los SAIs de Eaton

Ricardo Ambrona - 13/04/2023

Potencia, fiabilidad y tranquilidad para las empresas

Los cortes de electricidad y los apagones pueden tener un impacto significativo en una organización. Si los servidores de un centro de datos, por ejemplo, se quedan sin energía, aunque sólo sea unos segundos, el tiempo de inactividad puede durar horas o incluso días, y una sola hora puede costar a las empresas más de 300.000 euros y, en algunos casos, hasta 5 millones de euros.

Estos problemas no se limitan a las grandes organizaciones. Independientemente de su tamaño, los PCs, los servidores y la red de una empresa son tan críticos para un negocio como lo es un centro de datos para una gran empresa. En este sentido, el tiempo de inactividad no sólo puede ser costoso en términos de pérdida de productividad, reputación y ventas, sino que habrá retrasos inevitables en el reinicio de los equipos, la restauración de archivos y la continuidad de los procesos interrumpidos.

Muchas empresas confían en un generador para proteger sus valiosos equipos electrónicos y eléctricos contra los cortes de electricidad. Pero un generador por sí solo no es suficiente. Un sistema de alimentación ininterrumpida (SAI), sin embargo, garantizará que el equipo siga funcionando hasta que entre en funcionamiento el generador, lo que a menudo puede tardar varios minutos. Sólo por esta razón, un SAI puede considerarse una buena estrategia de protección eléctrica que ofrece un seguro rentable contra el impacto de posibles cortes.

Beneficios que garantizan la continuidad de la actividad y la protección de la información

Los sistemas de alimentación ininterrumpida protegen los equipos informáticos de una organización y otras cargas eléctricas de problemas como los cortes que interrumpen el suministro eléctrico, realizando varias funciones. Por un lado, es capaz de evitar los daños en el hardware que suelen causar las sobretensiones y los picos de tensión. A diferencia de los protectores contra sobretensiones, que únicamente protegen frente a picos de tensión, muchos modelos de SAI también acondicionan continuamente la energía entrante, protegiendo la instalación contra micro cortes o alteraciones de la frecuencia.

También son capaces de evitar la pérdida y corrupción de datos. Sin un SAI, los datos almacenados en un dispositivo pueden corromperse o, peor aún, perderse por completo. Sin embargo, junto con un software de gestión de la energía, un SAI puede facilitar un apagado del sistema exitoso, y, en entornos virtuales, puede iniciar la migración de máquinas virtuales a un servidor de copia de seguridad o a la nube.

Además, proporcionará disponibilidad continua para redes y otras aplicaciones, a la vez que evitará tiempos de inactividad. Algunos de estos sistemas de vanguardia pueden proporcionar suficiente autonomía de la batería para soportar breves cortes de energía, mientras que otros pueden proporcionar horas de autonomía en función de la energía almacenada en sus baterías y del consumo, suficiente para cortes prolongados.
Lo que hay que tener en cuenta a la hora de invertir en un SAI

No existe una solución única a la hora de elegir un SAI, por lo que hay que tener en cuenta varios factores a la hora de determinar cuál se adapta mejor a las necesidades específicas de una organización.. Un SAI trifásico suele utilizarse en entornos industriales y empresariales, mientras que los sistemas SAIs monofásicos se utilizan para equipos cotidianos con menores requisitos de potencia, como ordenadores portátiles, iluminación y televisores.

Las organizaciones también deben determinar sus requisitos de tiempo de funcionamiento, ya que esto puede afectar significativamente al coste de la solución. Además, deben considerar cuánto espacio físico están dispuestos a destinar a su SAI y dónde piensan instalarlo. Esto les ayudará a determinar si su entorno se adapta mejor a un modelo de torre o de montaje en rack, aunque algunos tienen un factor de forma dos en uno, lo que significa que pueden instalarse en cualquiera de las dos formaciones.

En este punto también debería considerarse la escalabilidad o posible ampliación futura. Para las organizaciones preocupadas por los costes o con un presupuesto limitado, por ejemplo, un SAI escalable ofrecerá a menudo el mejor valor a largo plazo, permitiéndoles aumentar la capacidad sin necesidad de adquirir hardware adicional.

Y, por supuesto, la capacidad de gestión es esencial. Mientras que un SAI protegerá la carga conectada durante un apagón, el software de gestión de la alimentación garantizará, como mínimo, que se guarde todo el trabajo en curso y que los equipos electrónicos se apaguen correctamente en caso de que el apagón supere la autonomía de la batería del SAI. Otras funciones de supervisión y gestión son el registro y notificación de incidencias eléctricas, la integración en plataformas virtuales y en la nube, y la supervisión remota de un SAI por el personal de servicio de su fabricante.

Es vital elegir un SAI que garantice las necesidades de gestión de energía de una organización, especialmente en el entorno actual, en el que las posibilidades de que se produzcan apagones son cada vez mayores.

Al permitir que los sistemas de una organización funcionen hasta que se restablezca el suministro eléctrico normal, un SAI puede ofrecer la tranquilidad de saber que, durante un apagón, sus empleados pueden seguir trabajando, no se perderá ningún dato y la actividad empresarial continuará con normalidad garantizando el servicio a sus clientes.

Por Ricardo Ambrona, responsable de marketing para Data Center de Eaton Iberia



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